Enero 2011_________________________________________________
Juegos de un dios inmisericorde
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Pedreolo, hijo mío, espero que ya estés mejor
y que sepas aceptar la dureza de esta vida.
A menudo te pisotearán o pasarán de ti sin mirarte a la cara.
Verás que los desprecios son habituales y debes acostumbrarte a ellos
y a ignorarlos por completo, tal y como yo lo hago.
De lo contrario no me haría responsable de nada, aunque como dijo Joyce
"la irresponsabilidad es parte del placer del arte;
es la parte que las esucelas no saben reconocer".
De todos modos tengo que decirte, querido hijo,
que pronto dejaré de ir a verte y que yo, tu padre, tu creador,
he de despreciarte también.
Y dejarte caer en el olvido.
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